Invasiones biológicas y el control biológico

 

El impacto de las actividades humanas en el mundo globalizado genera y/o acelera la dispersión de especies a nuevos ambientes; alguna de esas especies,  animales, vegetales u hongos, puede dar origen a una invasión biológica en el nuevo ambiente.

La especie invasora altera el entramado de relaciones del ecosistema que invade, pudiendo disminuir la diversidad de especies en los ambientes naturales, y/o perjudicando la economía de ambientes productivos y urbanos.

Surge entonces la necesidad de controlar esa especie invasora; existen numerosos métodos de control que serán aplicados de acuerdo con las características de la especie invasora, del ambiente que esté ocupando y del grado de infestación y dispersión.

Las especies invasoras pueden controlarse aplicando pesticidas o en forma manual y mecánica. Estas medidas constituyen soluciones costosas, de corta duración y están restringidas a pequeñas extensiones. Sin embargo, en grandes extensiones el control de especies invasoras puede lograrse mediante el control biológico, el cual constituye una herramienta sostenible, segura, de bajo costo y bajo impacto ambiental. El ecosistema invadido no volverá al equilibrio inicial pero se maximizará la diversidad de especies para el nuevo estado.

El método del control biológico utiliza controles naturales (parásitos, predadores, herbívoros o patógenos) de la especie invasora para mantener la densidad poblacional de la misma en un nivel más bajo que el que tendría en su ausencia.

Para seleccionar un agente de control, o biocontrolador, de una especie invasora es necesario realizar investigaciones sobre su bio-ecología y evaluar el riesgo de daño del biocontrolador sobre la flora y fauna no blanco del ambiente invadido. Para ello se realizan experimentos en laboratorio y campo, pruebas de especificidad, que permiten establecer el conjunto de hospedadores que el candidato utiliza.